lunes, 24 de junio de 2013

In amore 1

La existencia de un vacío estomacal, la elección de las peores decisiones, la baja o nula capacidad de concentración, la inexplicable capacidad de encontrar conexiones entre esa persona especial y el universo entero que se presenta a tus pies.
Esos y mas son algunos de los síntomas inequívocos del idílico estado de "enamoramiento", ese por el cual juramos eternidad, seguimos con lealtad, actuamos sin meditar, nos dejamos guiar y casi arrastrar.
No niego la belleza de esas emociones, la completa plenitud que el alma siente y que a pesar de la posible carencia total de las cosas materiales mas básicas, el cuerpo parece regenerar y hasta auto sustentarse momentáneamente mientras ese "fervor idílico" continúe en clímax.

He de declarar que a pesar de que se me conoce en mis círculos por pesado, mamón y hasta insensible, algunas personas de los círculos allegados han llegado a escuchar que he recaído en estado tan envidiable.
Envidiable por que hace que nos superemos de maneras poco convencionales.
No me cabe duda que la experiencia amorosa es personal e intransferible, que debería de ser recíproca pero nunca estaremos seguros de que los sea y si lo es que sea en el mismo grado en que nosotros la abonamos, creo que por eso las parejas sienten esa inminente necesidad de afecto publico para demostrar no al pueblo que los rodea, si no a ellos, el centro momentáneo de su eternidad, que se aman sin importar nada, pocas cosas mas bellas que una pareja enamorada, enamorada de verdad, por que irradia.

Antaño, desprecie a los que se desvivían por experimentarlo, argumentando que mejor comieran chocolates, que es mas barato y menos arriesgado, hoy recuerdo las oportunidades perdidas, las añoro, las busco y ya no las encuentro de manera tan sencilla, eso si, siempre las acompaño de chocolate.

Si tú lector estas ahora enamorado, te deseo suerte, pues encuentras, seguramente, dicha y satisfaccion que pocas cosas pueden dar.

Si no lo estas, no dejes de intentarlo, los que buscamos generalmente encontramos después de la noche mas obscura, de la búsqueda mas cansada, de la tormenta que mas arremolina los mares y se nos reservan las perlas mas bellas del mar, las luces mas brillantes de la noche.

Para todos los amantes, los enamorados del amor...

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